que el cristal es un despota invisible, |
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pero es precisamente su mirada clara a liberarla, y de repente se encuentra |
ni mas allà del cristal como Alice sino del otro lado, sobre el tejado de Las Letras, |
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vestida de blanco y |
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con blancura de piel y pelo,
refleja por
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una superficie mudada en amiga, |
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que desdobla y recorta y cede el paso a la blancura del cielo, a los techos de Madrid,
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